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#RealidadGanadera: Cómo reducir las emisiones de la ganadería

Campaña en la que colabora CONAFE con otras organizaciones del sector ganadero


Remitido.- Europa cuenta con uno de los sistemas de producción ganadera más eficientes del mundo, caracterizado por unas emisiones de gases de efecto invernadero por kg de carne inferiores a las de otras zonas.

La fermentación entérica, en particular, que es uno de los resultados del proceso de digestión de los alimentos, ha cobrado especial relevancia en el caso de los rumiantes herbívoros, como bovinos, ovinos, búfalos, etc., ya que supone la producción de una gran cantidad de metano (CH4). La cantidad de metano producida depende principalmente de las características del animal, como la raza, la edad y el peso, así como del tipo y la cantidad de pienso. La contribución de la fermentación entérica es del 42,6%, pero existen muchas formas de reducir las emisiones de la ganadería mediante un mejor manejo de los animales.

Según las estadísticas de la FAOla fermentación entérica del sector ganadero de la UE ha disminuido rápidamente entre 1990 y 2022, pasando de 17,9 mil toneladas a 8,3 mil toneladas, lo que supone una caída de más del 50%. En gran medida, se ha debido al cambio hacia un sistema agrícola-ganadero más especializado, con un margen de mejora aún relevante. Como confirma la FAO, el uso de combustibles fósiles para la producción de energía es una de las primeras fuentes de emisiones, seguida por las industrias del transporte, la manufactura y la construcción y, en cuarta posición, la producción agrícola, responsable de algo más de una décima parte de las emisiones globales.

Según los últimos datos de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA), “las emisiones de CH4 de la fermentación entérica y las emisiones de N2O de los suelos son responsables del 48% y el 31% de las emisiones totales de GEI agrícolas, respectivamente. El CH4 de la gestión del estiércol es la tercera fuente de emisiones más importante, representando alrededor del 17%. Las fuentes restantes hacen contribuciones relativamente pequeñas, representando menos del 5% de las emisiones de GEI agrícolas en total”.

Hay muchas formas de reducir las emisiones de la ganadería

Existen formas específicas de reducir las emisiones de la ganadería mediante un mejor manejo de los animales. Una forma sencilla de hacerlo, a menudo pasada por alto en los debates públicos, es limitar y reducir el desperdicio de alimentosSegún la FAO, entre el 40 y el 50% de las frutas y hortalizas se desperdician en origen, mientras que en el caso de la carne y los productos lácteos, la FAO estima que las pérdidas ascienden al 20%. El desperdicio de alimentos representa entre el 8 y el 10% de las emisiones mundiales, por lo que promover un menor desperdicio de alimentos puede contribuir a una mayor reducción de las emisiones.

La intensidad de las emisiones de metano y el potencial para mitigar todas las emisiones asociadas varían enormemente entre regiones y entre sistemas de producción. La FAO estima que la amplia brecha en la intensidad de las emisiones de los productos de rumiantes se debe a diferentes condiciones agroecológicas, prácticas agrícolas y gestión de la cadena de suministro. Dentro de esta variabilidad, se pueden encontrar muchas opciones de mitigación y, con los incentivos adecuados, se pueden aprovechar para cerrar la brecha.

También existen soluciones para reducir las emisiones a nivel de las explotaciones agrícolas, y los agricultores ya han adoptado muchas medidas en las últimas dos décadas. Un informe de la FAO estima que reducir parcialmente la brecha de intensidad de las emisiones dentro de los sistemas de producción existentes mediante una mejor gestión podría reducir las emisiones en aproximadamente un 30%.

La importancia de los piensos y los aditivos alimentarios

La innovación en la ciencia de la nutrición animal ha proporcionado soluciones de aditivos alimentarios como aminoácidos, enzimas y probióticos, lo que permite un uso más eficiente de los materiales alimentarios disponibles y reduce los impactos en las emisiones de GEI, la acidificación y la eutrofización. La fitasa, la enzima alimentaria más utilizada en el mundo, ha permitido a los animales aumentar la digestibilidad del fósforo disponible en los materiales alimentarios, lo que lleva a una menor necesidad de consumo de pienso. Los aditivos alimentarios tienen efectos positivos en la reducción de la huella ambiental de la ganadería.

Específicamente para el ganado vacuno, la mejora de la calidad del forraje se puede lograr a través de un mejor manejo de los pastizales, mejores especies de pastos, mezcla de forrajes y un mayor uso de suplementos disponibles localmente. La adecuación de la producción de rumiantes a los recursos de pasto subyacentes, el equilibrio de las raciones y la preparación y conservación adecuadas de los alimentos mejorarán la absorción de nutrientes, la productividad y la fertilidad de los rumiantes. Cualquiera que sea la fuente, un mejor uso del alimento puede ayudar a reducir la excreción de amoníaco en rumiantes y monogástricos. Están en marcha muchas investigaciones para reducir las emisiones entéricas de los rumiantes, por ejemplo, ajustando la composición de las dietas y el tipo de materias primas utilizadas e incluyendo aditivos alimentarios como algas marinas, polifenoles/taninos y aceites esenciales.

Las oportunidades de las tecnologías digitales, la salud animal y la cría de animales

De forma similar, las oportunidades en la tecnología digital, como el Internet de las cosas, los macrodatos, la cadena de bloques, los drones y la teledetección para el ganado en libertad, pueden brindar oportunidades para formas completamente nuevas de monitorear las emisiones y absorciones de GEI con un nivel de detalle sin precedentes y tal vez con una incertidumbre reducida y una mayor precisión. La inteligencia artificial y el aumento de la potencia computacional pueden permitir que los sistemas futuros procesen enormes cantidades de datos y profundicen en la información.

Proporcionar descripciones generales, líneas de tendencia y desagregación según sea necesario.

Un estudio de la FAO mostró que en un proyecto específico destinado a mejorar la resiliencia climática de las comunidades pastoriles, donde se implementó una combinación de medidas que incluían la vacunación, hubo una reducción del 17% en las emisiones totales y una reducción del 20% en la intensidad de las emisiones.

Los programas de cría de animales también pueden reducir las emisiones de metano al seleccionar animales que producen menos CH4y viven más tiempo, con una mayor longevidad. Los rasgos de longevidad relacionados con el bienestar animal, como la vitalidad y la máxima supervivencia de los animales y sus crías, ayudan a reducir las emisiones y la huella de carbono de la producción animal. De manera similar, los rasgos relacionados con la salud animal, como la resistencia a las enfermedades y la robustez, conducen a menores emisiones de la producción ganadera.

Lograr reducciones de emisiones requiere un enfoque multifacético, colaboración intersectorial e innovación continua. Solo podemos trabajar hacia una industria ganadera más sostenible y respetuosa con el medio ambiente implementando estas estrategias.

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